El día que dejó de nevar en Alaska (Reseña 43)



Título original: El día que dejó de nevar en Alaska

Autor: Alice Kellen

Año de publicación: 2017

Editorial: Titania

Páginas: 345

Saga: No








Sinopsis:

Un chico con el corazón de hielo.
Una chica que huye de sí misma.
Dos destinos que se cruzan.


Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Así es como termina en Alaska, en un pequeño pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su único problema es que uno de los dueños del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frío y distante, pero Heather puede ver a través de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atrás.

Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad.
La nieve empieza a derretirse.
Y todo encaja.

Opinión personal:



La historia de Heather comienza como cualquier otra en la que una chica escapa de su pasado. No sabemos lo que le ha pasado, sólo que de alguna manera le atormenta y quiere que eso cambie. No sabe cómo hacerlo, pero tiene claro que alejándose de su familia no les podrá hacer daño.

Llega a un pequeño pueblo en el que no hay nada, salvo gente que al parecer sólo quiere que se vaya. Primero conoce a John, su vecino, con el que tendrá una relación que va de menos a más. En un primer momento, John es uno de los que no cree que vaya a durar mucho en ese paraje, pero no duda en informarle de un posible trabajo en el restaurante del pueblo.

En ese restaurante, Heather conocerá a Seth y Nilak, los dueños. Seth será agradable con ella, tratándola con cariño. Sin embargo, Nilak parece que la odie. De esta manera, Heather irá descubriendo lo que implica vivir en Alaska. Hará nuevas amistades y descubrirá que su pasado tiene remedio.

Dos de estas amistades serán Sialuk, que es la novia de Seth, y su abuela, Naaja, que la cuidarán e intentarán que se sienta como en casa. Además, le hablarán de sus costumbres y le enseñarán palabras en inuit, con lo que muchas veces le dirán cosas que ella no entenderá. Es muy divertido ver cómo ella no les entiende y se preocupa por lo que le hayan podido decir.

En cuanto a la ambientación, me ha gustado muchísimo. La autora ha sabido transmitir perfectamente cómo sería el paisaje de invierno en Alaska hasta el punto de estar leyendo y tener un poco de frío. 

La lectura me ha resultado sencilla y rápida. Los capítulos de la historia de Heather se intercalan con entradas de diario de Annie, aunque hasta el final no sabemos de quién se trata. Tengo que reconocer que supuse quién podría ser poco después de la mitad del libro, pero aún así me gustó comprobar cómo encajan todas las piezas.

La pluma de Alice Kellen me ha resultado muy fresca. En cuanto terminaba de leer un capítulo quería leer el siguiente. La última parte del libro me gustó tanto que no pude parar hasta terminarlo.

Sin duda leeré más sobre la autora.



Nota en Goodreads: 4/5


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